Lo recuerdo llegando muy tarde en la noche con su ropa de policía, yo me hacía la dormida y aguantando el sueño para verle desvestirse, primero su gorra, luego su corbata, luego su camisa y pantalones y quedaba en camiseta y calzoncillos blancos y subia a la cama de arriba de mi camarote. Yo me quedaba con la imagen de sus piernas peludas, de sus brazos fuertes y me costaba un rato conciliar el sueño denuevo. Nunca le comenté a nadie sobre mis fantasías con mi primo y quedaron allí como un recuerdo de despertar erótiko.
Pasaron muchos años y nunca más llegó a mi casa trabajo al otro extremo del país y cada uno hizo su vida. Y hace algunas semanas volvió de visita, al saludarme me dio un abrazo que duró varios minutos, sentí ese aroma a hombre que ya había olvidado y que me encanta no entendía tanta euforia de su parte, sabía que nunca se dio cuenta de nada.Hasta que comenzaron los mails, y me describió como su fantasía inalcanzable que tal vez en otra vida sería concretada que me ha deseado toda la vida...
