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martes, agosto 28

FRUTO PROHIBIDO :

LLegó mediahora tarde a la charla, estábamos todos allí ansiosos, esperábamos a un sacerdote mayor no a aquel ángel caido del cielo: joven, robusto, de mirada límpida de sonrisa radiante y esos ojos azules tremendos que hacían juego con su ropa, hablaba de la carne, de esos cuerpos que eran recipientes vacios al que les entraba el espíritu, yo imaginaba con la mirada perdida el espíritu de su entrepierna con vida propia, no podía creer que aquel dios griego había elegido la abstinencia como camino en su vida, me preguntaba sobre su metáfora del semáforo a la que hizo mención mirándome a los ojos que todos sabemos lo que significa la luz roja aún cuando no nos hable ¿sería que leía mis pensamientos? , ¿él sabrá que su entrepierna funciona? ¿tendrá consciencia del placer al cual ha renunciado?, imaginaba como se vería con su pene erecto, con sus mejillas sonrojadas y su boca jadeante buscando más besos. Me preguntaba qué haría con sus erecciones matinales
Volví a a la realidad cuando me quedé con los ojos clavados en su tremenda cruz plateada bajo su rostro, un escudo a la pasión y al deseo de quienes lo ven como "hombre de dios".

lunes, agosto 20

CARTA A ERÒTIKA :

Niña mala y rebelde, mujer salvaje, indócil hembra de labios lascivos, de manos atadas, de brazos alzados. Voy a domarte, mujer indomable, voy a castigarte por tu rebeldía, voy a poseerte y a hacerte mi esclava, mi puta, mi perra, mi dócil sumisa que me ofrecerá su cuerpo de hembra caliente para ser gozado y usado a mi antojo.
Voy a desnudarte, niña mala y rebelde, voy a arrancarte el vestido que ciñes a tu carne, para dejar tu piel desnuda al acecho de mis manos y mi boca. Voy a hacer jirones con tu ropa, descarnándola de tu carne con violencia, para dejar a la intemperie tus hombros seductores, tus pechos menudos y armoniosos, la hermosa orografía de tu espalda, el oasis de tu vientre y de tu ombligo, la vertiginosa curvatura de tu cintura y de tus caderas, la prominencia lujuriosa de tus nalgas, la infinita belleza de tus muslos apretados.
Voy a romper tus bragas minúsculas y frágiles, para que quede al aire tu coño deseado, tu coño aún cerrado y oculto entre tus piernas, presentido en la suave línea del vello de tu pubis, incitante, excitante, tu coño de hembra salvaje, de niña rebelde, de mujer desnuda y atada, dispuesta ya para la doma y el castigo, para la posesión absoluta de su cuerpo caliente y tembloroso.
Tu cuerpo entregado como una ofrenda para mis manos que lo recorren y lo moldean, dibujando sus contornos con profundas caricias, centímetro a centímetro de tu piel suave y ardiente. Mis manos posesivas y dominantes que esclavizan tu cuerpo sometido de puta indomable. Te rebelas, te agitas, indefensa e indócil, pretendiendo inútilmente escapar de mis dedos que conquistan tu carne de fuego, que aprietan tus pechos y pellizcan tus pezones, que separan tus piernas para hurgar y penetrar la húmeda caverna de tu coño, que te hacen gemir por vez primera, el primer arrebato de un placer al que acabarás sucumbiendo inevitablemente.
Gimes y te agitas, jadeas suavemente, se te entrecorta el aire entre los labios suspirantes. Los míos te hablan, te susurran al oído palabras desenfrenadas y repletas de deseo, te ordenan y te miman, te someten y te rebelan. Cuando callan, te besan y te comen, te lamen y acarician, te llenan de saliva y de lujuria, te muerden con dulzura, te devoran la piel, te sellan tus propios labios con besos profundos y calientes. Y te anuncian poderosos el castigo venidero que te hará suplicar entre gemidos, niña indomable, mujer vencida, hembra sometida al dolor que te infrinjo, al placer que te provoco.
Suplicas, te retuerces, gritas como una fiera desbocada y salvaje, cuando el látigo muerde tu carne de puta sometida. Tensas el cuerpo, aprietas las manos atadas, las nalgas ofrecidas para el nuevo impacto del cuero sobre tu carne lastimada. Un nuevo grito, una nueva súplica, un nuevo golpe certero sobre tu piel, sobre el vientre agitado y convulso, sobre los pechos firmes, sobre los pezones erectos por la excitación, por el deseo que crece en ti a cada golpe, el deseo rebelde de ser definitivamente domada y vencida por tu dueño.
Sudorosa y jadeante, cumples dócilmente mi orden de arrodillarte cuando te desato. Te arrodillas ante mí, desnuda y hermosa, tu piel enrojecida por los azotes, tus ojos brillantes y profundos, tus labios lascivos, entreabiertos y excitantes, tu rostro aniñado de joven hembra sometida, de puta domada, dispuesta y ofrecida para el placer de su amo. Ante ti me desnudo y te entrego la completa erección de mi verga henchida de deseo para que selles con tu boca tu absoluta sumisión.
Niña mala y rebelde, prisionera y de rodillas, salvajemente lames mi sexo endurecido, violentamente tragas y destragas la carne palpitante y mojada por tu lengua, hasta hacerme gritar por el placer que recorre mi cuerpo cuando mi verga escupe a borbotones su leche caliente sobre tu boca indomable de mujer salvaje, de indócil hembra, de ardiente esclava castigada y poseída por mis manos, mis labios y mi sexo que te hacen mía, completamente mía, mi puta, mi perra, mi dócil sumisa, mi tierna mujer indomable, mi niña vencida, gozada y usada al antojo de mis deseos.

GELAN

Cinturòn de Castidad para mi esclavo:

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martes, agosto 14

ATADO A LA OSCURIDAD:

Alli estaba Agustìn amordazado y esposado a las barras de la cama, los tobillos inmòviles esperando las palabras de su AMA, esa serìa su tortura, no poder emitir sonido ante su relato, no poder tocarla, no poder interrumpir . No poder quejarse.
Ella le hablò sobre Cristian, aquel candidato a esclavo que le habìa llamado en la tarde, le habìa enkantado su voz, de una suavidad lujuriosa, de un tono hambriento y especialmente seductor.
Le dijo a Agustìn que el primer enkuentro con èl serìa a solas, querìa someterlo como lo hacìa con èl quizàs no con tanta rudeza, le darìa unas cachetadas estando sobre èl, tambièn le vendarìa los ojos con una pañoleta suave para recorrerle con la boca casi sin tocarle, descubrirìa aquellos lugares màs sensibles para tomarlos con brusquedad y hacer de aquel hombre su objeto. Mientras tanteaba la "cosa" de su fiel Agustìn que se erectaba a cada palabra.
Para el segundo enkuentro le dijo que lo dejarìa oìr la sesiòn de placer y dolor con el nuevo esclavo, el estarìa sentado en una silla frente a la cama, con sus manos atràs esposadas al respaldo de la silla, los tobillos tambien estarìan fuertemente atados, no podrìa unirse aunque quisiera, sabrìa a su AMA gozando con otro con todo detalle.
Agustìn comenzaba a revolcarse serperteante hacièndose a la idea, ella comenzò a describirle un tercer enkuentro en el que le permitirìa ver todo, eso si inmovilizado, amordazado con los ojos bien abiertos. El placer de ella sientiendo su excitaciòn la hizo lamerle el rostro y bajar por su pecho mordisqueando sus pequeños pezones le susurro al oìdo a ver si aprendes algo nuevo y sirves para algo, ella siguiò bajando, el cuerpo de Agustìn comenzaba a entumecerce, las lamidas en su sexo lo tenìan a punto de estallar. Ella cogió el miembro de agustin con su mano y comenzò a pasarlo por brusquedad sobre su vagina de arriba abajo, el trataba de metèrselo pero el juego era demasiado intenso, no dejarlo acabar dentro de ella y llenarlo de ansiedad era el objetivo, gozaba atormentàndole.
Luego ella se sentò sobre el rostro de Agustìn, podìa oir como èl trataba de respirar por entre sus nalgas, era una respiraciòn entre cortada, luego un respiro ondo entrecortado, ella sonrìo burlàndose de èl, luego bajo para montarse sobre èl. le prohibiò moverse, le sacò la mordaza de la boca y desato sus manos, lo dejò libre para que la manoseara con toda la calentura acumulada, ella tuvo dos orgasmos intensos, luego Agustìn le hizo sexo oral mientras se erectaba de nuevo, ella mientras tanto amasaba el miembro de agustin con los dedos de su pie, fue una noche intensa.

jueves, agosto 9

EL CAFÉ :

María asistiría finalmente al enkuentro, el estaría allí al fin frente a sus ojos, pensaba en observar su rostro y conocerle un poco, saber si su fuego eran sólo palabras escritas en la pantalla, si era un sólo un delirio de aquella voz excitante del teléfono.
Ella estaba ansiosa, se puso las medias de red como él le pidió, toda de negro y labios rojos, la mirada encendida y la entrepierna húmeda, sería sólo un café en compañía sin expectativas. La sola idea le calentaba la entrepierna, en el camino se imaginaba como serían sus manos, como serían sus besos, como sería envolver sus mejillas con sus muslos ansiosos. Dejó de imaginar y avanzó hasta el estacionamiento, pronto recibiría una llamada, León estaba cerca del lugar, también venía llegando asi que se detuvo a buscarle con los ojos pronto él abordaría el auto así sin decir palabra, un beso con lengua hasta el fondo sería el saludo, mientras ella aceleraba a otro lugar, para saborear esos besos con más calma, mientras tanto él no dejaba de manosearla, introdujo sus dedos bajo la blusa de ella, ella sonreia, seguía manejando mientras su entrepierna no dejaba de latir, pronto ella se detuvo en la puerta de un motel, hacía frio, la lluvia no dejaba ver, y el calor comenzaba a empañar los vidrios, una vez adentro él se arrojo sobre ella contra la pared, mordisqueo sus pezones mientras le quitaba los pantalones en busca de las medias de red, y alli estaban, era un fetichista compulsivo, basto que las viera para irse en un segundo, ella suspiro desilucionada, él le dijo que no s e angustiara que tenía mucha leche para ella, que esperara solo un momento mientras él continuaba quitándole la ropa, el sostén cayó al suelo roto en la mitad, su boca era un sueño, él sabía exactamente donde tocar y como, María no cabía en si d etanto placer, aquellos besos serían sin duda inolvidables, luego de desnudarla el se bebió todos sus jugos lamió cada rincon de humedad, ella sintió los mejores orgasmos de su vida con una lengua indómita exquisita.


Luego él pidió lo suyo, que ella lamiera su verga una y otra vez hasta tenerla bien adentro, cuando ella notó que él ya se venía intento salir y el sujetó su cara con fuerza y acabó en su boca, ella nunca había bebido una leche tan dulce, nunca.


Luego lo hicieron de forma normal, ella lo montó con vehemencia una y otra vez. Luego se despidieron sonrientes diciéndole ella: "TE DEBO EL CAFÉ"...


martes, agosto 7

sábado, agosto 4

MÁXIMA :

"NINGUNA MUJER ES TODA DULZURA"
(Madame Recamier)

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