jueves, noviembre 30

Ella era mi larva

de Juan Mihovilovich
“El gusano se convierte en maripo-sólo cuando se embriaga con el esplendor y la magnificencia de la vida". (Nexus. Henry Miller).
Ella dijo ser mi larva. Soy tu larvita, me decía, y yo imaginaba algo blando estirándose en el aire y saliendo raudamente como una mariposa. Sí, ella era mi larva, una especie de gusanillo de seda que deambula lento y suave por la tierra, hasta que el tiempo prodigioso le descubre que puede erguirse y transformarse en otra cosa. Esa otra cosa no es fácil predecirla.
...El alma es una especie de infinito que un estado larvario es capaz de intuir y al cual se acerca. Si así no fuera no habría nunca mariposas, aunque sólo duren veinticuatro horas. Pues bien, mi larva estaba allí, adherida a mi espacio y haciendo de mí su transitoriedad... yo me atenía a lo estrictamente necesario, es decir, a que estuviera a mi alcance y besarla...No sé si se entenderá, pero mientras ella estaba aferrada a mi espacio como elemento de circunstancias yo podía asumir que su estancia era pasajera, que más tarde se iría como algo perfectamente legítimo y natural. Desgraciadamente no ocurrió de ese modo.. Creo que la imagen de la rémora tiene mucho que decirme para entender el proceso del vuelo y de la consecuente herida que me provocara.
Era mí larva -cómo no serlo- si había aprendido a desentrañar el misterio de la evolución, si la veía acercarse lenta y segura hacia mi faz dormida y despertarla. -Volaré después- me repetía y era cierto. Creo que desde el instante preciso que supe que era larva, constaté a su vez, que no podía ser mía. Si era larva a ella misma pertenecía y su estado superior no era sino la ratificación sencilla de su anterior estado. Pasaría por mí como una oruga silenciosa y deslizante que avanza lenta y firme hacia su huida. Para avanzar me necesitaba y requería mi presencia para no caer. Se había colado en mí como anticipo de lo venidero. -Soy tu larva- me decía. -Tu larvita-. Y se quedó aferrada a mis huesos y a mi alma, aunque después saliera volando como cualquier otra bella mariposa.

5 comentarios:

Luís Galego dijo...

"El alma es una especie de infinito que un estado larvario es capaz de intuir y al cual se acerca"

gostei de ler, mesmo.

Martini dijo...

gracias por el relato
;)

@Igna-Nachodenoche dijo...

Mejor dejarla volar, para ella está destinada el vuelo libre.
Y todo tiende a su estado natural...

Te sigo.

TORO SALVAJE dijo...

Hola, me gustó el post, aunque al final saliera volando fue bonito mientras duró, no????.

Besos.

Erótika dijo...

Acaso todos no somos larvas? yo creo que la permanencia junto al ser amado no debe ser una condena ni una obligación, siempre debe estar abierta la puerta para partir si la fuente se ha secado, y también para regresar.
Besos a todos, gracias por volver...

Translate

m

BACK