Todos quienes nos
casamos lo hacemos con la convicción de un certero para siempre, sin
embargo el tiempo y la desdicha van derrumbando el castillo, afeando al
príncipe y alejando a la princesa, habrían sido 15 años este mes, y hasta creo
habría soportado como dice la canción de Silvio por las apariencias, eso si me hubieran importado, fue un verdadero
cataclismo la noticia, mis suegros en el
psiquiatra, mi cuñada sembrando cizaña sobre un posible amante, mis padres
juzgando lo que aún ignoran diciéndome en nombre del qué dirán que el
matrimonio es una cadena perpetua pase lo que pase , como si a la “gente” le importase la infelicidad de una y sumar años fuera lo correcto.
Secretamente sentí
placer de hacer enfurecer a mi familia, como cuando comencé a pintarme el pelo
rojo intenso, confundirlos al extremo de odiarme por no poder manipular mi
decisión, hacerlos sentir impotentes y perplejos.
Confieso que nunca me sentí más valiente en mi
vida, dejando de vivir aquellas cosas que
fueron transformando el amor y el sueño de la familia feliz en una tortura.
Denuevo libre entre
paréntesis, porque quién tenga hijos no lo puede ser, creo que fue la decisión
correcta en ese momento que ahora veo
tan lejano.
Asi que hoy ha sido la anticelebración, el aniversario de
lo que no fue, asumir una batalla perdida, no significa que se ha perdido la guerra. Asi que salud por la capacidad de recomenzar y huir
de quienes nos hacen daño queriendo o sin querer.
Espero que sin
querer.
Y como en la vida
no todo es blanco o negro, siempre
aparece una luz que nos ilumina el camino, un espejismo, un oasis, que puede
hacernos la vida más llevadera, sacarnos
de la rutina y hacernos más felices.
Un oasis que nos
hace devolvernos al camino correcto de la
inocencia de amar sin prejuicios ni cargando historias pasadas,
dejándose ser y hacer, sentir y
disfrutar de la naturaleza, el cielo
azul y el ruido del silencio sin pensar más que en el momento del escape
mutuo sin sobresaltos, sin prisa, siendo solo un par de huérfanos amantes
disfrutándose.
De pronto la vida
es buena, el pasado pasado, y el presente está estancado en un hasta pronto
entre besos y puntos suspensivos como la
historia inconclusa que es y quien sabe como acabará, y ni siquiera
importa porque ya ha sido buena.Quién puede predecir en cosas del corazón asi que dejo que la vida me lleve que
siga su curso, asi con un sabor dulce entre los labios, con la piel abrazada de
momentos que se extrañan, de miradas abrazadas, de besos pendientes y el deseo
encendido a fuego lento esperando ESTAR.
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