EL PEDIDO:

Durante mi tiempo como adicta a internet me han pedido muchas cosas, que envie fotos, que ponga el micrófono, que prenda mi web-cam y que muestre lo más que pueda durante un chat calentón. Otros, me han pedido el teléfono ofreciéndose como esclavos voluntarios a mis caprichos, pero hasta hoy nunca me habían pedido ferforosa y desesperadamente mi ropa interior.

Sí, me pidieron que regalara mi ropa interior, mi colaless más pequeño ese que practicamente no se ve entre mis nalgas, la cosa es que el admirador en cuestión, no lo quería limpiecito con olor a detergente ni bastándole con que me perteneciera , sino que lo deseaba con mi aroma a entrepierna primaveral, que ante este pequeño cambio de temperatura me mantiene húmeda y especialmente creativa por estos días.

Había leído que unas chinas vendían calzoncitos usados por internet a varones que elegían de un amplio catálogo de damas, pero pedirmelo a mí y gratis, no señor esas cosas se piden en directo quizás como trofeo sabanesco o como una manera romántica de mantener el rastro de un revolcón memorable. Recuerdo a un ex que se quedaba con mis sostenes luego de rasgarlos con fuerza justo en el medio de mis pechos, me encantaba descubrir mis prendas en los bolsillos de su abrigo o de su pantalón, hay mejor ni sigo recordando que el olor de su piel me inunda de nuevo...QUE CALOR!!